LA RAZA LOSINA.

El Caballo de las Merindades.

.

La importancia de la conservación: Mucho más que una raza.

1.- Importancia científica y agraria.-

En la actualidad, y en todo el mundo desarrollado, la conservación de las especies y del tesoro genético que representan es un concepto bien comprendido y plenamente asumido no solo por todas las Administraciones, sino por la sociedad en general.

Cada especie silvestre y cada raza autóctona de animal doméstico es un tesoro genético único e irrepetible, conformado a través de miles de años por la presión selectiva del medio ambiente sobre las mutaciones genéticas espontáneas que resultan ser ventajosas para la adaptación del animal a su medio, y en consecuencia, para su supervivencia y reproducción. Por ello, y a diferencia de las llamadas razas "artificiales" por ser producto del cruzamiento de otras razas preexistentes y la posterior estabilización de los nuevos caracteres, (como el caballo Pura Sangre Inglés de carreras, o el perro Doberman), que pueden ser fácil y prontamente recuperados en caso de extinción mediante la repetición de los procesos de cruzamiento de los que se obtuvieron, la recuperación de una especie silvestre o una raza autóctona una vez extinguida es imposible, ya que requeriría repetir durante miles de años el proceso selectivo de las mutaciones espontáneas partiendo de unos antepasados raciales que normalmente están extinguidos. Es decir, que su recuperación es totalmente imposible una vez extinguidos todos los ejemplares que conserven los caracteres raciales en un mínimo grado de pureza.

En el presente siglo se han perdido en España varias razas autóctonas. A nadie se le puede escapar la importancia que hubiera podido tener por ejemplo, y por ceñirnos a nuestra Comunidad Autónoma, la raza vacuna "Mantequera leonesa" (con unos porcentajes de grasa en leche absolutamente increíbles si no se hubieran descrito en este siglo), a la vista de los actuales avances en manipulación genética que hubieran hecho posible hoy la mejora de la raza, o bien la transferencia de parte de su valioso material genético a otras razas. Para ello, hubiera bastado con mantener en pureza un reducido núcleo de animales.

Nadie con un mínimo conocimiento o responsabilidad en áreas de Ganadería e incluso de Medio Ambiente, puede dejar de sentir un escalofrío al conocer que las hoy pujantes razas bovinas autóctonas Asturiana y Pirenaica estuvieron no hace muchos años a punto de acompañar a la Mantequera leonesa y a otras varias hacia la total desaparición.

Por todo lo anterior, las generaciones futuras no podrán perdonarnos el no conservar los tesoros genéticos que aun tenemos, por lo que cuando las variables circunstancias y demandas del mercado arrinconen a una raza hasta llevarla al borde de su desaparición, las administraciones deben velar cuando menos por la persistencia de unos núcleos de conservación que garanticen de una parte la permanencia del tesoro genético que en todos los casos representa una raza autóctona o un animal silvestre, y de otra, la existencia de un fondo genético del que partir para su extensión cuando por cualquier factor económico u otras causas, su multiplicación vuelva a ser rentable para la iniciativa privada o de cualquier otro interés para la pública.

2.- Importancia medioambiental.-

En el caso del caballo losino, su importancia se agranda por no ser solo un animal a conservar como raza ganadera, sino también como raza o subespecie salvaje, ya que no se trata de un animal doméstico diferente obtenido por el hombre a partir de sus ancestros salvajes, sino más bien de un animal salvaje que pervive en semidomesticación..

Se puede afirmar con total seguridad que el tipo racial apenas ha variado en los últimos 4.000 años, antigüedad máxima de la domesticación del caballo, por lo que estamos ante una subespecie salvaje que no ha sido manipulada genéticamente por el hombre hasta posiblemente el siglo pasado.

Si pudiéramos retrotraernos 15.000 años y observar las montañas del norte de Burgos y sus colindantes de Palencia, Cantabria, Vizcaya, y Álava, veríamos a nuestro caballo entre los bisontes y ciervos con los que comparte las pinturas rupestres, y si el viaje al pasado fuera de 5.000 años, veríamos los mismos corzos, lobos, martas, osos, etc, existentes hoy, y con ellos, el caballo losino como una especie salvaje mas en aquel exigente hábitat, del que siempre ha formado parte y al que sin duda ha contribuido a conformar.

Por ello, su conservación es tan importante, sino mas, que la del lobo, el águila imperial, el lince, y demás joyas de nuestra fauna.

Figura 26.- Integrados en su habitat.

3.- Importancia cultural.-

Desde la mas remota antigüedad, nuestros ponis cantábricos han acompañado a los hombres del norte peninsular, y por ende, a los habitantes de Merindades.

Si en los más profundos tiempos de la prehistoria fueron alimento, y luego el motivo artístico mas repetidamente plasmado en las paredes de las cuevas por el hombre del Magdaleniense, terminaron siendo el formidable instrumento de guerra que describieron los historiadores romanos como pequeños, briosos y asombrosamente resistentes en sus crónicas de las campañas de sometimiento a Roma de los díscolos cántabros.

Así mismo, no cabe ninguna duda, por la evidente razón de que se hubieron de utilizar los existentes, de que la repoblación de las Merindades y la reconquista y formación del Condado y los primeros reinos de Castilla se hicieron a lomos de caballos losinos, y con toda probabilidad, Fernán González y Rodrigo Díaz realizaron sus gestas gracias a ellos.

Y entre guerra y guerra, día a día prestaron a nuestros antepasados y hasta hace pocos años su inestimable ayuda como fuerza de trabajo en las labores del campo.

Aun mas. Muchos expertos en hipología se muestran acordes en admitir dos núcleos independientes de domesticación del caballo. Uno, oriental (estepas de Asia), y otro occidental, mas antiguo (3 a 4.000 años a. de C.), que se habría desarrollado en España, y muy probablemente en la franja cántabro-pirenaica, lo que equivale a decir sobre los ascendientes de nuestros caballos. Aun cuando científicamente quedan muchos aspectos por aclarar, nada se opone actualmente al reconocimiento del gran valor histórico y patrimonial de esta raza caballar.

Es claro por tanto, que hasta este siglo que termina el Caballo Losino ha sido un punto de referencia constante en el paisaje de las Merindades, y desde su domesticación, por su valor económico y militar, un apoyo básico para sus habitantes.

Conservar la raza es un derecho de nuestra tierra y una obligación para con nuestros descendientes, nuestra historia y nuestra cultura. Y para nosotros, y esperamos que a partir de ahora para ustedes, participar en su recuperación es un orgullo.

Figura 27. "Aldeano".

.

Figura 28. Esperando al Jurado. (Fotografía: Cortesía de Fernando Gredilla)

.

Figura 29.- La mirada de "Atlanta".

.

ASOCIACION "El Bardojal"

Indice